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R I O B I B Í - L I T E R A R I O

Los nuevos brujos

Por Angel Maldonado Acevedo

En los últimos treinta años se han puesto de moda los libros sobre estilos alternativos de vida que, para definirlos en un contexto amplísimo son llamados libros de la nueva era. Textos sobre medicina alternativa, medicina mente cuerpo, psicología práctica, corrientes de pensamiento originadas en el Oriente, reflexiones sobre procedimientos terapéuticos de pueblos primitivos, literatura esotérica, en fin, un variado conjunto de tópicos. En muchas librerías son los libros más vendidos. Podría decirse que algunas librerías se han salvado de la desaparición gracias a la preferencia de un número cada día mayor de personas de estos llamados textos.
Los títulos en el mercado suman miles y algunos autores como Depak Chopra, Robert Pirsig, Wayne Dwyer y Gary Zucav, son algunos nombres que han alcanzado prominencia internacional con sus libros, sus conferencias, sus vídeos. En mayor o menor medida estos autores y libros tienen en común la proyección de una nueva espiritualidad que sirva para enfrentar períodos de crisis y les permita el tránsito hacia una nueva era: la iluminada era del acuario. La gran cantidad de seguidores de este pensamiento ha provocado la reacción de escritores religiosos fundamentalistas que piensan que el pensamiento de la nueva era es una desviación de los principios bíblicos en los que se guían. A pesar de una sociedad cada vez más guiada por el raciocinio y la ciencia, muchos acuden a fundamentar sus expectativas en sentimientos de lo súblime, de aquellas cosas cuyas razones y motivaciones trascienden cualquier acercamiento racional.
Algunas personas leen estos libros porque están de moda. Son los que corren a la librería tras la última obra de Paulo Cohelo o de Brian Weiss. Otros se acercan a las mismas buscando auténticas respuestas a sus existencias. Si no las encuentran por lo menos transitan por lecturas atrevidas que intentan retar la lógica y las explicaciones normales de la existencia cotidiana. Para algunos científicos de rígida ortodoxia, este conjunto de libros y autores no son otra cosa que una respuesta a las leyes del mercado en una sociedad que es capaz, gracias al consumo desenfrenado, de convertir cualquier herejía o elemento contracultural len un buen negocio. Extraño que en tiempos tan racionalistas los fenómenos sin explicaciones lógicas vayan adquiriendo tanto dominio en las mentes de personas educadas.
Todo esto nos trae ante la consideración un hecho fundamental de nuestros tiempos. La existencia de una cultura y un pensamiento marginales que cada vez se tornan más céntricos en la vida de nuestra sociedad consumidora de bienes y servicios. Formas de pensar y ver la vida que trastocan los esquemas tradicionales de acercamiento a la realidad.
Hace dos mil años en el marco del dominio del Imperio Romano con su esplendorosa cultura que dominaba el mundo occidental conocido, comenzó a germinar una forma de pensamiento y de acciones cuyos portavoces fueron perseguidos, maltratados, humillados y expatriados. De ese núcleo de hombres y mujeres perseguidos surgió un pensamiento de predominancia y consistencia en la historia del mundo occidental en los últimos dos milenios. Ni la esclavitud ni las crucifixiones en masa pudieron impedir el desarrollo de esa raíz cuya determinación era la fe.
Han pasado dos mil años – vivimos un mundo acosado por la probabilidad de cataclismos imponderables. En ese mundo de lo posible cuando el progreso parece ser una fuerza aliada del terror muchos seres humanos buscan en su interior la fuerza que les permita sobrevivir el estado de avasalladora desesperanza en que muchos viven. Algunos lo llamarán una manera de enajenarse de los problemas o síntomas del extremado individualismo. La nueva sensibilidad que cobija los movimientos de la nueva era, con todos sus embelecos pseudocientíficos, no dejan de ser, sin embargo, una fuente de inspiración y hasta una forma de esperanza para muchas personas. Ante el avasallante impulso de la astrología, el chamanismo y otras prácticas de mercadear lo exótico y arcano, no nos queda sino hacernos la pregunta de si estamos de vuelta a una nueva forma de primitivismo que se alza con sus múltiples banderas a desafiar todas las formas de la racionalidad. Las leyes del mercado capitalista, que se apropian de todo lo vendible (si se vende tiene que tener valor) nos han devuelto una nueva edad media (como la anticipó hace algún tiempo Humberto Eco) con la ventaja de que las brujas ya no tienen que temer la inquisición y se pueden anunciar con jugosos beneficios económicos en cada librería del orbe. No hay duda de que estamos de regreso a muchas cosas que creíamos haber enterrado.
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